domingo, 18 de julio de 2010

Día 5.

Hola de nuevo, a los pocos que me aguantáis.

Los domingos serán dedicados a analizar series de anime de las que tengo por aquí por casa, al igual que el otro día hice con Bola de Dan.

Hoy le toca el turno a una de las mejores series manga que he visto, y que me han enganchado bastante, la verdad. Se trata de D. Gray-Man.


La trama nos ofrece una nueva versión del dualismo sempiterno entre el bien y el mal, entre los defensores del mundo y el ejército de las tinieblas, liderados por el Barón Sanguinario, un tipo, que a mi, me hace bastante gracia, la verdad.

Nos encontramos ante una serie ambientada en el siglo XIX, en la cual el mal, liderado por el Barón Sanguinario, señor que en cada capítulo lleva un sombrero diferente y que va con un paraguas como en "Cantando bajo la lluvia", se dedica a reclutar las almas de los difuntos, convirtiéndolas en literales máquinas de matar. Para ello, se vale de la tristeza y dolor de los allegados, que evocan su nombre en su presencia, para convertirlas en lo que se denominan "Akuma". Estos "Akuma", una vez vueltos a la vida, son máquinas de matar cuyo deseo nunca termina. Además, evolucionan, por lo que subiendo de nivel se convierten en mucho más poderosos.

La otra cara de la moneda la componen los exorcistas, encargados de combatir los "Akuma" y al Barón Sanguinario de la mano de Allen Walker, protagonista de la serie, apodado "Brote de soja" por su compañero y gran rival Kanda.

Estos exorcistas cuentan con una serie de armas, denominadas "Inocencias", que portan cada uno de ellos, pudiendo éstas ser de tipo arma, como la espada de Kanda o las botas de Lena-Lee, o de tipo parásito, albergadas en el interior del exorcista, como ocurre con el brazo izquierdo de Allen. Estas armas, una vez invocadas, adquieren un poder destructivo bastante elegante, por lo que son las únicas indicadas para acabar con los "Akuma".


Mención especial merece el protagonista. Maldito desde que era niño al convertir a su padre en un "Akuma", escapó a la muerte gracias a la inocencia que permanece en su deformado brazo izquierdo. Merced a esto, presenta un pentáculo negro en el ojo izquierdo, de gran ayuda, puesto que ayuda a distinguir a los "Akuma" de la gente normal cuando estos están camuflados. Es el único exorcista capaz de distinguir a un "akuma" de una persona. Va acompañado por un golem, Timkampi, cedido por su maestro, el General Cross, que analiza cualquier movimiento que sucede a su alrededor, siendo una fuente importantísima de conocimientos.

A mi juicio, una serie excelente, de la que por desgracia en castellano sólo he conseguido 50 de los más de 80 que parece tener, pero poco a poco los iremos consiguiendo.

A los que os guste el manga de acción, es una serie que no debéis dejar pasar.

Un saludo del Capitán Hispania.


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